"¿Qué es lo que hace a este conjunto singular y reconocible?"
Esto es lo que debemos preguntarnos a la hora de analizar una composición pictórica"La composición precisa de una continua negociación entre fuerzas jerárquicas". En la signatura de Técnicas pictóricas me dijeron que cuando se cambia un elemento en una composición, inevitablemente esto nos llevará a cambiar el resto de los componentes. Si todo importa dentro de una obra, es lógico que un cambio conlleve a una serie de ajustes.
Debemos tener en cuenta para medir el peso visual: el tamaño, el color, la situación, la lejanía, la forma, la orientación, el tema representado.



La posición de los objetos determina en gran parte su peso visual: de más a menos peso comenzamos con la vertical, luego la diagonal y después la horizontal.


La situación de los objetos determina la dirección.

La repetición de elementos provoca un ritmo.

Si simplificamos al máximo esta composición podemos encontrarnos esto: las formas poligonales son la base de las formas complejas.

Y otro dato importante son los cuatro ejes direccionales que aparecen en un cuadro: vertical, horizontal y diagonales, que por este orden añaden peso visual de más a menos.
Semejanza y diferencia, nivelación y agudización, términos opuestos que dan lugar a composiciones diferentes pero con el mismo resultado: equilibrio.

Mondrián es un claro ejemplo de la búsqueda del equilibrio perfecto.
Pero este equilibrio no sólo se refiere al orden y a la forma, sino que también incluye términos y recursos como el color (con sus gamas)

Equilibrio estático o dinámico:






Y debemos tener en cuenta también el tipo de encaje, que Arnheim dividía en cuatro tipos:
Central

Binaria

Jerárquica

Atonal

El espacio pictórico es anisótropo (propiedades variables según la dirección en que se midan) por la gravedad y condiciona a los objetos que en él aparecen: a mayor altura un objeto mayor peso tiene. La cultura determina también la importancia en cuanto a derecha o izquierda.